domingo, 11 de noviembre de 2012

En memoria de Amaya Egaña, que se suicidó durante su desahucio en Barakaldo


Fue un golpe fuerte. Un golpe fuerte contra la tierra que resonó en los periódicos, las radios, las televisoras. Un chasquido sordo que estremeció a mucha gente. Los escalofríos duran aún, como la huella suave que dejaste en el suelo, en los pasos que pisarán ese suelo.

Fue un golpe muy fuerte. Detrás, un vacío de angustia que nos recuerda otras tantas angustias, agujeros desgarrados en las vidas de gente trabajadora, quiebros violentos.

Ahora podemos escuchar ese golpe con su agujero de angustia. Ojalá nos lo hubieras hecho escuchar antes, Amaya, con todos sus detalles, los plazos, la fecha, la hora fatal que se te acercaba. Ojalá tu voz clara se hubiera engarzado con muchas otras, en un coro de gritos, de abrazos. En vez de perderse en el agujero de tu golpe contra la tierra.







Relacionado: comunicado de la PAH "Cumbre anti desahucios de PP y PSOE: #PuroTeatro. Responsables del #GenocidioFinanciero".


 

2 comentarios:

  1. No entiendo nada.
    Pero si esta mujer trabajaba desde hace más de 30 años.
    Con este asunto alguien está tomando el pelo a todo el mundo.
    Sólo con la antigüedad ya trincaba una pasta.
    ¿Por qué razones no pagaba?

    ResponderEliminar
  2. Primero, un poco de respeto. No sé quién te crees para hablar así de un muerto. Segundo, si buscas en internet leerás que su marido había estado en paro hasta hace poco. Supongo que durante esa época los ingresos de Amaya no llegarían para vivir los tres y además pagar la hipoteca, y ahí se inició el procedimiento de ejecución hipotecaria.

    ResponderEliminar